Eclipse

pexels-jonathan-cooper-12151694 (1)
Compartir en

Quien sabe cuanto tiempo ha pasado, continúo en la misma rutina, pospongo cuatro veces la alarma, hasta que suena la de las 07:20, imposible dejarla pasar, pongo los pies en el frio suelo y contemplo un calcetín que lleva alrededor de 3 días allí, y ahí me quedo pasmado por unos 5 minutos mas o menos hasta que recobro fuerzas, para ir al baño, tomo mi cepillo de dientes, mientras me baño apresuradamente, tuve que secarme con la misma remera con la que dormí, no he tenido ganas de lavar últimamente, aplico todos los productos posibles sobre mi inútil cabello y trato de peinarme, hasta que me rindo y escojo el gorro  que este al  alcance, desayuno lo mismo que todos los días, cereal de kellogs, azucarados no tengo porque cuidarme, y leche normal, nunca me gusto las de origen vegetal, me visto con lo primero que vea, y salgo volando de mi casa, ya son las 07:55am el colectivo debe pasar a las 08:00 am aunque a veces se tarda un poco, recorro mis 25 minutos hasta llegar a mi trabajo, ingresar datos en la computadora sentado en un cubículo por 4 horas, almuerzo una variedad reducida de cosas en la semana, pizza, tacos de la cuadra, y a veces algunos sándwiches de atún que venden en la estación de servicio, vuelvo al trabajo hasta cumplir las 8 horas correspondientes, de regreso a casa, camino, sin apuros, con mis audífonos escuchando las mismas canciones tristes de la radio diariamente, a unas pocas cuadras de casa, voy a la tienda para comprar cigarrillos y alguna que otra cosa para pasar el resto de la noche hasta dormirme,  subo a mi edificio y sigue la vida igual, los vecinos con sus mismos y molestos problemas, todo es gris, los amigos con sus presunciones y alardes de vida genial en sus redes sociales, también, el vino ocasional, solo para calmar la ansiedad, es que todo iba bien, una vida aburridamente normal.

Hasta que un día, cuando volvía de mi largo caminar, entré a la misma tienda de siempre y de pronto apareciste tú. Con esa cara enojada, esa ceja izquierda arqueada, el rodete en tu cabello lacio color castaño con algunas puntas decoloradas, ojos tristes con el delineado un poco opaco del día anterior, y una melodía hermosa que llamamos voz.

Me hablaste con una una suavidad y timidez bastante atractiva, deseándome una buena noche, correspondí, y por primera vez en mucho tiempo deseé que empezará un nuevo día, para salir corriendo a esa pequeña tienda donde trabajas, donde por mucho tiempo compre cigarrillos, a una mujer adulta con cero empatía, nunca supe su nombre.

De a poco, la conversación iba fluyendo, te oía reír y pensaba que así era el sonido cuando entras en el cielo.¿Será posible que mi vida esté cambiando? la chica misteriosa que no podía dejar de mirar, y por la cual me inventaba pretextos en medio de la noche para volver a comprar cualquier cosa solo por verla una vez más, los días ya no eran tan grises, tenía un propósito, me pasaba madrugadas y mañanas, y parte de la tarde imaginado todas las preguntas que alguna vez te iba a hacer, deseaba conocerte.

Era julio, hacía un frío tremendo, esa tarde camine a casa con el corazón pequeñito, la empresa tuvo que liquidar algunas acciones, y por ende hubo un recorte en el personal, como era de esperarse, salí ganador en la lotería suicida, y tuve miedo, no sabia que hacer, había estado yendo allí por más de 10 años. Con muy pocas ganas y amabilidad entré en esa tienda de noche donde estaba ella, y solo tardó dos segundos en darse cuenta que había tenido un pésimo día. Un par de meses mirándonos diariamente pero aún no sabíamos nada del otro, solo había un coqueteo inofensivo y unas miradas furtivas cada día, nunca me atreví a invitarla a salir, pero esa noche, esa noche me hablo y pregunto cómo me sentía, mi mente hizo cortocircuito, que pregunta tan difícil, la última vez que escuche esas palabras fue en aquella revisión médica por mis cálculos renales.

Le respondí; -He tenido algunos días mejores que el de hoy.

Con una sonrisa disimulada y doblando la cabeza a un costado dijo "mañana será mejor".

Iban pasando los días, tenía mucho más tiempo para ir a la tienda y hablar con mi amiga, nos conocimos, y nos dimos cuenta que teníamos mucho en común, las estrellas eran nuestra  pasión, el cielo y los atardeceres, los picnic y la cerveza, el vino solo era para sentirse elegante un par de noches. Un día, le invite a mirar la luna desde un telescopio que mi papá me había dejado hace algunos años, estaba lleno de polvos y telarañas, nunca más había puesto mi vista hacia al cielo, y esa noche, entre charlas y estrellas fugaces, me beso, y paso por todo mi cuerpo un choque eléctrico, sentía que todas mis energías y fuerzas internas se restauraron, vi sus ojos color café desde muy cerca, sus pupilas dilatadas gritaban todo lo que tus palabras no decían, me había enamorado.

Empecé un nuevo día, 06:05am la alarma suena, y ya estaba despierto esperando para apagarla, enciendo la música y me doy una ducha fría rápida, me pongo mis zapatos deportivos y mis shorts cortos para salir a trotar, recorro un total de 5km en 40 minutos, regreso a casa, y en la licuadora pongo a triturar algunas frutas, mientras unos huevos se están cociendo lentamente en la sartén anti adherente que nunca había usado, desayuno, me doy una ducha nuevamente, y con mucho entusiasmo peino mi cabello, afeito mi barba como todos los días, me pongo el traje mas lindo que me había comprado, y me voy hasta la estación de autobuses, eran las 07:55am, tuve las mejores entrevistas de mi vida, y conseguí un puesto en publicidad en un periódico, conocí personas excepcionales cada día, deje de almorzar solo, y era invitado constantemente a restaurantes con mis nuevos compañeros de trabajo, cada que podía salía y compraba flores para llevarle a la chica mas hermosa que el destino me podía regalar, ella no lo sabía pero mi vida iba cambiando, gracias a ella, ya no era todo gris, el color estaba allí, sentía los aromas y miraba constantemente el cielo.

No hubo secreto que no le conté, ni que me haya contado a mi, nos divertimos, reímos y cantamos mucho, pero una vez más se interpuso el destino, la tienda cerró y ella se marchó, en cierto modo me alegró porque encontró su pasión y fue tras ella, esa pequeña escuela de danza tenía una nueva instructora, aunque tratamos  de mantener el contacto, poco a poco todo acabó,  pero ella era feliz, y yo estaba aprendiendo a serlo también.

Toda la semana se habló del fenómeno espacial que se acercaba, la luna iba a tapar el sol por completo, ya estaba programado, miércoles 03:35pm, era algo súper raro e inexplicable, ya que el sol es unas 400 veces más grande que la luna, ¿cómo sería posible que pasara?

Y llegó el momento, impresionante, la luna perfectamente alineada con la tierra, iba ocultando poco a poco los rayos del sol hasta su totalidad.

Y no fue hasta que la oscuridad total apareció, supe que eras tú, única maravilla, que sucede una vez cada tanto tiempo, digna de admirar y detenerse a contemplar, imposible de olvidar, increíble acontecer, con un triste y muy rápido final, fuiste mi eclipse total.

Gracias por salvarme una vez más.

Gregsson Camacho
Gregsson Camacho

Cocinero de profesión. Me apasiona la música y escribir. Trato de expresar mis sentimientos y emociones a través de poemas y versos y algunas veces canciones, sueño con cambiar al mundo con mis palabras.

suscribite a nuestra
newsletter