Intersección

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Casi me atropelló un imbécil en un Volkswagen por escribir estas mierdas en el celular. Camino por la calle buscando pupilas de rubias que no miran. Solo veo edificios que me devuelven la mirada como Tótems de cemento. Volví a casa y comencé a tomar, me pongo en pedo y leo. Tengo libros juntando polvo. Libros que son el resultado de caminatas en busca de ideas o despejarme. Es un poco y un poco. Una cal y una de arena. Ese dicho de mierda siempre me molestó. 

Estás últimas semanas no me concentro en nada, ni siquiera en vivir. Me cuesta mirarme al espejo y prefiero quedarme en casa tratando de escribir cosas como estas a salir a buscar comida o incluso prepararme unos mates. "Héctor tenés que comer"/"Héctor tenés que..." Váyanse a la mierda. Solo quiere salir un día y no volver, no escuchar el tren y ser un durmiente más. Un trozo de asfalto, una colilla. O la víctima de un imbécil de un Volkswagen. Ya que no puedo ser el blanco de alguna rubia, de esas con un trabajo en blanco un sueldo estable.

 Pablo Antunao Oyarzo
Pablo Antunao Oyarzo

Tengo 27 años. Actualmente estoy estudiando la carrera de medios audiovisuales. Escribo poemas, relatos y guiones. Me apasiona contar historias. Ya sea con las palabras como con las fotografías. Viví gran parte de mi vida en la Patagonia, en Junín de los Andes, Neuquén. Vivo en Buenos Aires hace tres años. Disfruto de la soledad, y la libertad de ser bastante nómade.

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