Ley de Murphy

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6 meses atrás.

Salía de mi entrenamiento del día martes, tocaba bíceps, tríceps y pecho, y la verdad empiezo a dudar si harán efecto esos ejercicios, ya es mi tercer mes y ni una talla he aumentando desde que empecé. Llevé la toalla más mugrosa que podía tener, no tuve tiempo de elegir, tuve un día bastante atareado.

Llegué a a casa con la esperanza de tomar una buena ducha, cenar y dormir, pero el destino se interpuso, y por llamarlo destino ese es mi mejor amigo, con su incesante búsqueda de sexo y alcohol me vi obligado a acompañarle a una fiesta privada que habían organizado en su lugar de trabajo. Todo iba bien, trataba de hacer amigos, entre tanto comía unos bocadillos que estaba deliciosos, unas botanas y unos camarones rebosados que me volvieron locos, en una de esas oportunidades donde el camarero se detuvo a darme un bocado mas de esos camarones con salsa de ajo, ¡apareció ella!.

El tiempo se puso lento, como en las películas, donde el detalle se me acercaba a la vista con facilidad, labios rosa, imposible mujer, tenía los ojos más transparentes del mundo, se podía mirar el universo en ellos, toda verdad y toda mentira, o eso creí en ese instante;

El vestido color negro ligeramente descotado, y con una pierna descubierta. Hermosa, -"Me parece que no besarás a nadie esta noche"-me dijo.

Sonriendo y con una mirada confundida y con medio camarón en la boca, hice un gesto de sorpresa y de pregunta articulando con mis brazos dando a entender que no entendía su comentario, "Tanto ajo no es bueno si quieres mantener un buen aliento para tu chica"-replicó.

El tiempo dejó de estar lento y la música volvió a escucharse. Ya no veía sus labios moverse en cámara lenta, reí y le respondí; -"Quizá busco a alguien con el mismo gusto por los sabores fuertes como yo". Acto seguido, detiene al camarero y toma uno de esos bocadillos que yo estaba devorando, y con una mirada picara y retirándose muy lento comió uno y dijo -"Buena suerte con eso".

Ahí empezó todo, llegaron las preguntas a mi mente, ¿Será que encontré a mi Rose y yo soy su Jack?, ¿a mi Julieta y yo soy su Romeo?. Lo que evité durante un tiempo: la obsesión.

Esperé un par de días para seguirla en sus redes sociales. Siendo honesto esa misma noche hice una investigación a fondo de todo su contenido en internet, al menos de las cuentas que tenía públicas. Como 3 minutos más tarde, un zumbido vino desde mi teléfono móvil; Instagram notificaciones, -un nuevo seguidor-. ¡Era ella!.

La euforia instantánea me recordó las emociones escolares, cuando enviaba notas en bolitas de papel y la chica linda del salón las respondía.

Inmediatamente, subí mi mejor fotografía a las insta historias, con la vana ilusión de que me respondiera y así iniciar una conversación, por supuesto, eso no pasó.

Pasaron varios días hasta que decidí responder una de sus publicaciones sobre una cena tipo mexicana donde los colores y texturas se notaba que eran en extremo picantes y fuertes.

-"Parece que no besaras a nadie esta noche" . - le dije.

-"Encontraré a alguien que disfrute de los sabores fuertes como yo"- respondió.

Y... así comenzó nuestra historia. Hablamos día y noche por diferentes redes sociales, conocimos nuestros detalles y buscamos conservar la conversación fingiendo dormirse alguno de los dos. Agendamos fecha, y nos encontramos en un café del centro. Mis intenciones eran totalmente claras, estaba decidido a besarla esa tarde. reímos y nos alegramos de haber decidido encontrarnos; caminamos por el parque, llegamos a su casa y mi cerebro y cuerpo explotaban de serotonina. Estaba seguro de lo que estaba por suceder: le tomé su mano, y la miré directo a los ojos... Volvía a ponerse el tiempo en cámara lenta mientras me acercaba para besar sus labios, hasta que de pronto un ¨NO¨ rotundo y con un tono alto en volumen me detuvieron, el sonido volvió a normal y mi alma regresó a mi cuerpo, ¨¿Qué estás haciendo?¨ ,me dijo.

"Pensé que querías que te besara¨le expliqué.

Mirándome con la ceja fruncida, un desdén en sus ojos, y un tono de voz poco amigable, ¨ Todos ustedes son iguales¨ me dijo, azotando la puerta y dejándome allí, totalmente confundido.

Fui directo a mi casa, haciendo la pregunta regular, ¿qué mierda hice mal?

23:42pm recibo un texto que decía. ¨Lo siento mucho, solo busco una amistad y pensé que en ti la encontraría, avisame si podemos ser amigos¨.

Por supuesto que se me achicó el corazón, pero con valentía y cero demostración de dolor, le aseguré que así sería. ella no sabía que tenía un plan para convencerla, quizás con el tiempo.

Pasaron un par de meses, salíamos constantemente a reuniones grupales, coincidimos con amigos en común. Nos llevábamos bien, pero muy poco estábamos solos ella y yo, siempre había algún entrometido en mi plan de conquista.

Una noche, estaba en la azotea de la casa de mi mejor amigo que había dado una fiesta, estaba fumando un cigarrillo para tomar fuerza y volver allí a compartir con todos los que la rodeaban, pero mi sorpresa ella subió a buscarme, de alguna manera ella estaba tratando de escapar de algo, no se sentía bien. Pregunté y la respuesta me gusto mucho menos: estaba triste por que su ex novio había pedido en matrimonio a su nueva pareja, y se sentía, sola, engañada y maltratada, dado que la relación había terminado por que ella los encontró siendo infieles. Esa noche hablamos y hablamos mirando el cielo y fumando esos cigarrillos que dan risa, en un instante el mundo volvió a detenerse. Me tomó de la barbilla, y me besó con una suavidad tremenda. En mi cerebro había explosiones, fuegos artificiales y demás, Al fin estaba pasando.

Al día siguiente, le escribo con la ilusión de invitarla a salir, y volver a repetir esa escena de besos en la azotea, ¿pero qué creen? - "lo de anoche fue un error, solo necesito un amigo en este momento" dijo.

¿QUÉ CARAJOS ESTÁ PASANDO?, de nuevo me la hizo. Esta vez no me mostré desinteresado ni calmado, solo fui distante y frío. Me aseguré de que se diera cuenta de mi desprecio por su comportamiento. Así pasó un mes.

Era el 12 de junio, el bautizo de la hija de uno de nuestros amigos en común, normalmente lo habría evitado a toda costa, pero me eligieron como padrino. Como todo lo malo me puede pasar a mí, la eligieron como madrina.

Estaba en forma, el gym al fin estaba dando resultado. Me puse el traje más ajustado y elegante/casual que pude haberme comprado. Ella lucía, como decirlo. -Sin palabras, estuve luchando durante todo el rito para concentrarme en no pensar en esos labios de rubí que decían constantemente "AMÉN".

Compartimos, y reímos bastante en el festejo, se alegró de haberme visto, lo expresó en dos ocasiones tocándome el hombro y siendo absurda-mente sensual. Terminó el pequeño festejo, y decidimos continuar en un pequeño bar que quedaba a un par de cuadras de donde estábamos. Bailamos, bebimos, cantamos, hasta emborracharnos. Llegó la hora de irnos a casa, tomamos algún taxi, y como si estuviese planeado, ella decidió tomar el mismo que yo, sin lógica ya que nuestras casas no quedan por la misma vía. La miré mientras se subía, y antes de que dijera palabra alguna, gritó su dirección al taxista, mientras tomaba mi rostro con sus manos, para empezar la más épica sesión de besos en público. Noté que el conductor se fijaba regularmente con el retrovisor, con una expresión en su cara como diciendo ̈maldito suertudo".

Llegamos a su casa, y pasó, la noche más loca y desenfrenada que tanto había esperado, como tres veces esa misma noche.

Esta vez no fui yo quien le escribió a la mañana siguiente, fue ella invitándome a pasar la tarde, y compartir un café, total excusa para repetir la noche anterior, pero esta vez sin alcohol, sin duda mi respuesta fue positiva.

Pasaron dos meses, mi cuento de amor, la historia de la cual iban a filmar películas en el futuro... Estaba pasando, estaba lleno de felicidad.

Hasta que, sin aviso con la intención de sorprenderla, fui a su casa con flores en la mano y unas hamburguesas en la otra, ya imaginaba las frases que le iba a decir, "estas flores son porque te amo, y estas hamburguesas es porque realmente te amo", súper cursi, lo sé. Pero estaba seguro que ella lo adoraría, ¿pero recuerdan que dije que sus ojos eran transparentes y gritaban toda verdad y mentira?, no pude estar más equivocado.

A una distancia visible de su casa, la vi salir, y dos segundos tras ella, salió Él. Su ex pareja que estaba comprometido (ahora casado), a medio ponerse el saco y la camisa un poco desabotonada. Lo despidió con un beso en los labios, y entró a su hogar nuevamente.

Una parte de mi murió en esa calle, porque me di cuenta que esperé ingenuo lo que nunca pasó, y pasó lo que nunca esperé.

Se me abrieron los ojos, y pensé en las ilusiones que tenía. Basé mis sentimientos en películas y novelas que no entendía, todos sabemos que Jack cabía en esa puerta junto a Rose en el frío océano, pero ella lo dejó morir. Y Romeo y Julieta termina en un doble suicidio. Se me rompió el corazón, pensé que lo nuestro sería como una de esas veces que al amor se cruza con la muerte, donde la muerte terminaría enamorada, o yo te amaría hasta la muerte.

Acá estamos en el hoy, viviendo el presente. Con el corazón pequeño pero con el alma fuerte, entendiendo este desencuentro; sin lamentos. Aprendiendo a descubrir cómo amar mi soledad, para que cualquier persona no parezca la ideal, apoyando el entendimiento de esa Ley de Murphy:"Si algo puede salir mal, Saldrá mal".

No la busqué, decidí perder una historia de mi vida, que perder mi vida, por una historia.

Gregsson Camacho
Gregsson Camacho

Cocinero de profesión. Me apasiona la música y escribir. Trato de expresar mis sentimientos y emociones a través de poemas y versos y algunas veces canciones, sueño con cambiar al mundo con mis palabras.

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