Las formas de autolesión en el ámbito carcelario

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XIV Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología.

Expositoras y autoras: 

  • Lic. Gabriela Rojas Breu

  • Lic. Verónica Figueroa Alcorta

Resolver el problema de las conductas violentas de los sujetos privados de su libertad representa uno de los desafíos más grandes de la función penitenciaria. De ahí que revistan particular importancia las medidas que se adopten con el fin de alcanzar su reducción. 

Este estudio se inscribe partiendo de definir la violencia, la Organización Mundial de la Salud: “el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte” (2002: 5). 

Por otra parte, el mismo organismo presenta una clasificación de los actos violentos basándose en categorías, Por un lado, la violencia dirigida contra uno mismo incluye actos autolesivos y conductas suicidas que comprenden desde el pensamiento de quitarse la vida hasta la consumación del acto, pasando por la búsqueda de medios para llevarlo a cabo y la tentativa de lograrlo.

Las autoagresiones de las que trata este trabajo, son los cortes. En este sentido, se han observado sujetos con cortes en distintas partes del cuerpo, algunos con un origen cercano y otros que datan de tiempo atrás. Al historiar su origen, surge de manera inmediata la asociación por parte del sujeto que con un episodio traumático que pareciera no admitir otra opción más que el daño a si mismo dado el estado emocional desbordante y que tiende a repetirse ante determinados factores situacionales (pelea con algún familiar, necesidad de cambio de alojamiento, medicación, etc). 

La conducta autolesiva fue descripta en todos los casos como una maniobra que reduce los niveles de angustia y/o la ansiedad, al tiempo que las mismas tuvieron lugar en momentos en que la red de contención del sujeto se encontró alejada.  Los desencadenantes pueden ser diversos, por la propia situación de detención, por consumo, por problemas familiares, por manipulación (para buscar un beneficio dentro de la cárcel) de lo anterior se desprende la vinculación con un intento de “cortar” con un cuadro emocional que sobrepasa los límites tolerables para el sujeto.

Se recorta como variables de estudio las conductas autolesivas en presos varones alojados en centro de régimen cerrado dentro del ámbito carcelario. Se trabajó con una muestra de 42 internos varones alojados en régimen cerrado dentro del servicio penitenciario federal, con antecedentes de autolesiones.

Al continuar analizando el origen de los cortes apareció una asociación muy recurrente como lo es la vinculación de la autoagresión con la imposibilidad de lograr mediante la palabra una respuesta satisfactoria a aquello que se necesitaba. 

A su vez se pudo observar que con el paso del tiempo los sujetos van incorporando la utilización del propio cuerpo y sobre todo un cuerpo lastimado como modo de reemplazar de forma efectiva la palabra y causar un impacto en el otro, sobre todo en el otro del que se espera una respuesta, es decir los agentes penitenciarios.

 Sin embargo, un paso hacia la comprensión de ésta problemática implica considerar la importancia del dolor psíquico como particularidad de lo humano. Inclusive, se han descripto las bases neurofuncionales del dolor. Se lo considera como un episodio traumático que pareciera no admitir otra opción más que la autoagresión para ese sujeto, dado el estado emocional desbordante. Es decir, es un evento reactivo ante un padecimiento psíquico que encuentra alivio tanto a nivel emocional como físico, reduciendo los montos de ansiedad, angustia e impotencia.

Ellos mismos manifiestan “es una forma de calmarme” “me ayuda a calmar el sentimiento”

A su vez, no se puede soslayar que la última edición del Manual Estadístico de Trastornos Mentales, en su quinta edición (DSM-V), introduce la problemática que aquí se trata. Al respecto el DSM V aporta la siguiente aclaración: Ostentan ausencia de intención suicida.

¿Qué es la Caída?

La caída es un término que se utiliza en el ámbito penitenciario para hacer alusión de: un acto suicida en el que se niega por parte del interno la intencionalidad de este fin y se espera que alguien evite la consumación del mismo. Es importante destacar lo siguiente: el acto (colgarse en la celda) se consuma en momentos donde se anticipa la llegada de otro sujeto (agente).

Cabe destacar que el acto (ahorcamiento) se lleva a cabo y el sujeto queda a merced de ser rescatado, razón por la cual se concreta en momentos donde se anticipa la llegada del agente muchas veces el motor impulsor de este accionar es con fines manipulativos, para conseguir algún beneficio secundario, sea asistencia, cambio de alojamiento, medicación, etc. 

Un modo habitual de esta caída es el ahorcamiento en la celda instantes antes de la ronda (agentes al iniciar el día hacen una ronda en el pabellón para ver que todos estén presentes, lo mismo sucede por la noche, con horarios preestablecidos), donde se espera la presencia del personal y su intervención. 

Este dejarse caer con la esperanza de ser rescatado tiene resonancia con el concepto de pasaje al acto y el acting out allí donde justamente, los conceptos se diferencian. El acting out y el pasaje al acto suponen también una respuesta del sujeto a la angustia. Respuesta que implica una apelación al Otro por medio de la actuación.

Muchas veces estos actos planificados y con fines meramente de manipulación, sin deseo de muerte, no salen según lo estipulado. Es así que en algunos casos, se les escapa de la mano la situación por variables que no pueden controlar, tales como el tiempo, o un mal cálculo y finalizan con la vida del sujeto. Estos actos son muy comunes de ver en una población que posee ciertas características estructurales tales como: un marcado patrón vincular inmaduro, una dependencia no elaborada y un mal manejo de los impulsos.

Perfil psicológico de los internos que se autolesionan.

 A partir del análisis de los casos de sujetos que se autolesionan y teniendo en cuenta lo relevado en estudios anteriores, se pueden establecer rasgos salientes tales como:

∙ Desregulación emocional ∙ Impulsividad ∙ Baja tolerancia a la frustración ∙ Alexitimia (incapacidad para identificar emociones propias). ∙ Tendencia a la actuación ∙ Labilidad afectiva

 ∙ Aloplastía (dificultad para observar normas y la autoridad) ∙ Alteraciones en la expresión afectiva ∙ Patrón vincular inmaduro ∙ Inmadurez psíquica.

En conclusión, podemos decir que las autoagresiones cuentan con una presencia significativa en este ámbito, donde las formas más recurrentes son los cortes los cuales tienden a repetirse ante determinados factores situacionales que actúan como disparadores de este acto.

Pareciera que un episodio traumático impacta de tal manera que no admite otra opción más que la autolesión dado el estado emocional desbordante que presenta el sujeto.

Es decir, que es un evento reactivo ante un padecimiento psíquico que encuentra alivio tanto a nivel emocional como físico, reduciendo los montos de ansiedad, angustia e impotencia.

En estos casos se observa que el dolor físico es un alivio real frente al dolor psíquico que lo atraviesa.

Referencias Bibliogoraficas.

 WINCHEL RM, STANLEY M, 1991 

PATISSON EM, KAHAN, 1983)

 Terapia Dialéctica Conductual en el tratamiento del Desorden Límite de la Personalidad Pablo Gagliesi Médico psiquiatra DBT Foro Argentino 

Linehan, M.: Cognitive-Behavioral Treatment of Borderline Personality Disorders. Guilford Press, New York, NY, 1993. 

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E. A. Leiderman, S. Buchovsky, M. Jiménez, M. Nemirovsky, F. Pavlovsky, S. Giordano, G. Lipovetzky Diagnóstico y Tratamiento del Trastorno Borderline de la personalidad: Una encuesta a profesionales Buenos Aires Argentina. VERTEX 2004, Vol. XV - Nº 58

 Linehan,M.M., Heard,H.L., Armstrong,H.E. (1994). "Naturalistic follow-up of a behavioral treatment for chronically parasuicidal borderline patients": Erratum. Archives of General Psychiatry, 51, 422.

 McCann, R.A., Ball, E.M., Ivanoff, A. (2000). DBT with an Inpatient Forensic Population: The CMHIP Forensic model. Cognitive and Behavioral Practice, 7, 447-456. 

McCann, R.A., Ball E.M. (2000). The effectiveness of DBT with Forensic Inpatients. Institute for Forensic Psychiatry. (en prensa, comunicación del autor). 

http://www.corrections.com/ 

suicidioadolescente.com.ar

Lic. Verónica Figueroa Alcorta
Lic. Verónica Figueroa Alcorta

Psicóloga. Especialista en psicología forense. Psicodiagnóstico de Rorschach. Desempeño función; área pública; encargada de área de salud mental en el Servicio Penitenciario Federal U28. Privada; consultoría, psicotécnicos.

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