Discurren en estas páginas múltiples aciertos: un conocimiento profundo de la textura y de la dimensión del alma, el rostro no siempre reconocible de la crueldad desenmascarado por el escapelo del escritor, y la piedad y el perdón en juego dialéctico de presencias y ausencias que, sin embargo, no alcanzan a consolarnos
Por Gastón Yaryura