Ag 2023-Miriam Rodriguez
Sueños en colorMientras tanto, en otro rincón del planeta …
Una niña va a la escuela en su monopatín. Debajo del casco que termina donde comienzan sus gafas, asoman dos rizos y un lazo azul que baila como atado en un ventilador. El viento le sopla en la cara, ella sonríe y en su cabeza suena en bucle ¡Libre soy, libre soy!!!
Estaciona en la galería de entrada, y corre al salón, sosteniendo la mochila, en la que cuadernos y libros se van atropellando.
El casco dejó caer sobre los hombros una ensortijada melena. Abre la puerta, justo en el momento que la cinta cae al suelo y el último mechón de pelo que se mantuvo atado hasta ese segundo, le tapa los anteojos.
Levanta la boca con un gesto muy gracioso y resopla hacia arriba para despejar un poco los cristales. No ve casi nada, pero escucha muy claro la carcajada de sus compañeros y un estruendoso grito que sacude las paredes _ ¡Silencio! Intuye la figura que se acerca y siente calor, como si una bocanada de dragón la hubiese abrasado, cuando la señorita Canek, con voz áspera, dice _ ¡Otra vez tarde y desprolija !¡Cómo siempre un desastre!
Aroa, igual que cada mañana de clases, comienza a temblar y su fantástico viaje en patinete se diluye como en el caldero de una bruja.
"Todos tenemos algún vidrio roto en el alma, que lastima y hace sangrar, aunque sea un poquito. Al escribir, siento que puedo sacar un poco de esos vidrios fuera de mí. Al ponerlos en un papel ya no me dañan” - Eduardo Galeano. Quizás esa sea la razón por la que me encanta escribir.